Entrevista a Yelko Gómez en Revolutio.es: Yelko Gómez empuja al ciclismo panameño
Béisbol, boxeo y fútbol. Panamá cuenta con tres deportes de masa, el ciclismo no figura entre ellos. Aunque las carreras tienen su público y muchos aficionados copan las carreteras con su bicicleta los fines de semana. Panamá es un país pequeño donde el ciclismo es un deporte minoritario, como casi todos; la nula ayuda gubernamental dificulta la carrera de sus deportistas. Pero más minoritario era salto de longitud, mucho más. Y un atleta logró convertirse en héroe nacional y catalizó el desarrollo de ese deporte: Irving Saladino, primer medalla de oro olímpico panameño en sesenta años. ¿Podrán los logros de un ciclista cambiar su ciclismo? Panamá es un país de costa, comunica Atlántico y Pacífico. Yelko Gómez estudiaba allí Ingeniería Marítimo Portuaria, como tantos otros. Interrumpió sus estudios para ser ciclista, como ningún otro. Cuatro años después, Yelko hace historia y continúa pedaleando para abrir camino al ciclismo panameño.
¿La historia de Yelko? Yelko hace historia
Diecinueve de septiembre de 2011, Copenhague. El ciclismo panameño hace historia al contar con dos corredores en la prueba contrarreloj de la categoría Sub23. Ramón Carretero, uno de ellos ahora en el Movistar Team Continental; el segundo era Yelko Gómez, quien recién había firmado con Caja Rural. Pero Yelko no pudo disfrutar ese logro como merecía: en el segundo kilómetro de carrera rompió el acople del manillar. Deseó “estrellar y romper la bici”. No lo hizo. Montaba un regalo de Javier Espinosa para una ocasión tan especial: no se habría perdonado a sí mismo haberlo hecho, tampoco retirarse. Tenía treinta y cuatro kilómetros por delante, “pensé en bajarme”, pero estaba en un mundial, había trabajado demasiado para llegar allí, acabar era una obligación.
Enero de 2012, Alsasua; Yelko Gómez [09/03/1989, David, Chiriquí, Panamá] vive por primera vez las navidades lejos de casa. El ciclismo panameño vuelve a hacer historia: uno de sus deportistas se convierte en ciclista profesional en Europa. La travesía que comenzó en 2009 alcanzaba su meta, la única posible después de tres años: “o el profesionalismo, o el regreso”, asegura. El sueño se cumplía el 23 de ese mes, con el debut en el Tour de San Luis.
Quince de abril de 2012, Segovia, temperatura bajo cero, lluvia, tres puertos de primera categoría. Nueva página en los anales del ciclismo panameño escrita por Yelko Gómez al lograr primera victoria en el ciclismo profesional europeo. La tercera etapa de Castilla y León decidía el ganador de la carrera y, entre sus aspirantes, se coló Yelko para arrebatarles la victoria. “Estaba fuerte, había guardado fuerzas en la parte final y, cuando vi la meta, aproveché el repecho para ganar”. El triunfo llegó en unas condiciones “en las que nunca había corrido. En amateur llegaba a España en marzo, nunca había sufrido este clima”. Es más, cuatro horas antes de levantar los brazos, en medio del temporal, “estaba casi fuera de madre, pensaba que la carrera se me iba”. No se le fue, ni mucho menos. Rémy Di Gregorio no pudo con él en los últimos kilómetro, tampoco Javi Moreno en la recta de meta evitó que agitara el brazo con rabia al atravesar la línea blanca. “No es rabia, es vigor. Después de sufrir una caída casi en cada carrera que corría este año, me demostré que tengo un lugar en el pelotón”.
“Los primeros meses en España fueron depresivos”
Sin embargo, limitar el camino recorrido por Yelko Gómez a tres fechas es deformar la realidad o, al menos, no abarcarla en su totalidad. El chiricano topó desde el comienzo con trabas en su camino. Tras ganar vueltas en Panamá y Costa Rica con diecinueve años, obtuvo la confianza del equipo Azpiru [cuyo manager era Mikel Azparren, actual director de Caja Rural] para competir en Europa. “Pero el equipo no salió cuando tenía el viaje planeado y todo comprado, así que me dieron una oportunidad en Caja Rural”. ¿Dudas? “Ninguna. Llevaba dos años de carrera [Ingeniería Marítimo Portuaria] y, una vez acabara, dejaría de ser ciclista. Compaginar el trabajo con ser ciclista élite, en Panamá, no es una posibilidad. No podía rechazar la opción de practicar mi deporte en Europa”.
Pero, una vez aquí, las dificultades no habían acabado. Cambió los cuarenta grados del clima tropical de Panamá por la lluvia y el frío de Euskadi. El ciclista vive para la bici, pero una pulmonía impidió a Yelko sentirse ciclista los primeros meses. “Los primeros meses fueron depresivos. Estuve parado y no tenía nada que hacer en una cultura distinta y sin conocer gente”. Dejar sus estudios, despedirse de su familia y marcharse de su país parecía no valer para nada. “Me recuperé y volví a trabajar duro. Pero cuando estuve bien, se acabó mi temporada”.
“La adaptación al ciclismo amateur, desde Panamá, fue más complicada que al profesionalismo, tras tres años aquí”
Además, no únicamente contratiempos complicaron su carrera, la mera adaptación al ciclismo amateur español procedente del panameño fue su mayor desafío. “El acomodo en el pelotón amateur español, fue más complicado que en el profesional”. Yelko tuvo que asimilar el cambio de clima, la diferencia de nivel y la exigencia técnica de rodar en pelotones de más de cien corredores acostumbrado a grupos reducidos, -“allá en Panamá, en algunos carreras sólo salíamos veinte corredores. En la carretera había sitio para todos. Cuando llegué aquí, rodaba siempre en cola para ir más tranquilo”-.
En un ciclismo con tantas dificultades, ¿cómo surge el sueño ciclista? “Aunque sea un país sin tradición, en Panamá hay muchos ciclistas por recreación [cicloturistas]. No tanto entre jóvenes, porque la conciencia de los conductores es muy escasa y la peligrosidad de rodar en carretera elevada, sino más en adultos que trabajan y, cuando pueden, cogen su bici. Mi padre era uno de ellos y me contagió el gusto por la bicicleta”. La primera vez que Yelko montó una bici, todavía de hierro, no pensó ni por un instante en la posibilidad de ser profesional: “ésa era una posibilidad que, hasta que llegué yo, no existía”.
Después de no tantos años, pero tras haber dado dos saltos inmensos en el mundo del ciclismo, Yelko Gómez recuerda cómo era el ciclismo en Panamá: carreras con tráfico abierto escoltadas con dos coches, competiciones con todas las categorías rodando juntas para conformar un pelotón, entrenamientos por sensaciones al no contar con ningún asesoramiento, y las victorias. Tenía talento y lo demostraba. Un mecánico de la capital se interesó por él y le proporcionó una bicicleta de gama alta para incorporarle a su equipo, “pero no equipos como los europeos, allá unos pocos corredores teníamos la suerte de tener una buena bici y una beca que nos permitía estudiar, sólo eso”: lo máximo, impensable pensar en obtener beneficio económico. Pero, él superaría los límites del ciclismo panameño varias veces, como hemos visto. Ese mismo mecánico que le preparó su primera bicicleta de aluminio, le conseguiría la oportunidad de correr en España.
“No creo que la suerte influya demasiado, es trabajo duro”
El primer ciclista panameño que logra una victoria profesional europea: ¿suerte o trabajo duro? “Conté con la posibilidad de correr en España porque alguien me la consiguió, pero llegó cuando demostré algo. El sacrificio fue complicado, estaba solo. Crecer aquí, atravesar tantas dificultades y extrañar a mi familia y a mi novia me hizo más duro, más fuerte mentalmente. No creo que la suerte influyera demasiado, ni en mi caso ni en ningún otro, sólo el trabajo duro”. Sacrificios necesarios y “no cambiaría ni uno solo. Le recomiendo a cualquier chico joven, si tiene la oportunidad, aceptar el reto”.
Yelko Gómez se mantiene escéptico a la hora de pensar cuál será el final de su andanza, como tampoco imaginaba hace años los hitos logrados hasta ahora. El chiricano es incrédulo ante la posibilidad de abrir el camino al ciclismo panameño. ¿Acabar el sólo con una federación inútil, mostrar a los chicos que la bici es una opción, aumentar el interés de la opinión pública en ciclismo, (para seguir las carreras europeas, se reunía con una veintena de panas alrededor de la televisión por cable “como si fuese un cine”), potenciar carreras (la Vuelta a Chiriquí es la única internacional ahora mismo), mejorar el respaldo gubernamental (corrió el último mundial con material y auxiliares de Caja Rural) y la inversión privada (algunos equipos nacionales sólo tienen cabida para un par de ciclistas)? Demasiado para un único ciclista, o quizá no, quién sabe. Por ahora, le vale con “estar haciendo historia, estar armando mi libro para, cuando sea abuelo, tener algo que contarle a mis nietos, demostrarles que hice algo en mi vida. Además de estudiar y ser Ingeniero Marítimo Portuario, narrarles mi recorrido ciclista, las adversidades que superé, los lugares que conocí y las experiencias únicas que viví”.
Foto ©: Caja Rural / Rafa Gómez (Ciclismo a Fondo)
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