Hablar del ciclismo profesional actualmente es hablar de pinganillos, tecnología, grandes vueltas que se deciden por segundos, cabeza fría y cálculos. Por eso cuando aparece en el pelotón una rara avis como Amets Txurruka (Markina-Xemein, Vizcaya 1982) un corredor de los de antes, que no duda en atacar si le queda un gramo de fuerza, que se deja llevar por impulsos y por su sangre caliente, que simplemente disfruta y sufre con el ciclismo, los aficionados no podemos hacer otra cosa que disfrutar y sufrir con él, pero por encima de todo quererlo, por amar tanto a este deporte.
Todos los aficionados disfrutamos con este pequeño ciclista, que con una sonrisa en la cara, siempre intenta ofrecer espectáculo. Desde Dorsal51 hemos tenido la suerte de poder entrevistarlo, conocerlo como persona, hablar de grandes recuerdos, pero también de momentos tristes, y descubrir que como persona es igual de increíble que como ciclista.
Antes de entrar de lleno en su carrera como profesional, nos habló un poco de su infancia, del Amets niño. En el colegio no tuvo muchos problemas, nos admite que se sentaba al fondo de la clase, y aunque todos sabemos lo que significa eso, él insiste en que “no la liaba mucho”.
También hablamos de la figura de su hermano mayor. Nos confiesa que de pequeño seguía a su hermano a todas las carreras y esa fue la chispa que encendió su curiosidad. Posteriormente empezó a recorrer las calles en su bicicleta, y fue la libertad que sentía cuando se subía a su bicicleta la que realmente le acabó de enganchar. Y aunque su hermano dejó a un lado la bicicleta y nunca pudo retarle a una carrera, Amets no abandonó el deporte de las dos ruedas y llegó a alcanzar su sueño.
La sonrisa y la valentía de este corredor vasco son sus señas de identidad
En las dos últimas preguntas antes de conocer al ciclista que hay detrás de la persona, nos habla de Marino Lajarreta su ídolo de la infancia, y de sus primeras bicicletas, “una blanca con llantas rojas” y también recuerda la primera de competición “una GAC de tres piñones que me dejo la sociedad ciclista de Markina”. Y con el tema de la bicicleta encima de la mesa, ya estábamos listos para hablar de lo que más nos gusta, ciclismo.
Bueno Amets, ¿Cómo es el día a día de un ciclista?
No tienen mucho secreto. Suelo entrenar normalmente todos los días por las mañanas acompañado de los amigos de la zona, vamos mucho para la costa de Vizcaya y Gipuzkoa, Lekeitio, Zarautz… Luego ya cuando tenemos que hacer más puertos entramos hacia el interior.
La verdad es que has tenido la suerte de nacer en el País Vasco, y además de las grandes posibilidades de entrenamiento, es probablemente uno de los lugares donde mejor se trata al ciclista, ¿cuánta importancia le das a este hecho?
Yo creo que hay que darle mucha. Hay mucha afición y eso se nota. Se trata muy bien tanto al que va en cabeza como al que va en la última grupeta.
Remontémonos un poco a los inicios, ¿qué recuerdas de tu etapa en aficionados?
Años muy buenos en los que disfruté exageradamente alternados con algunos momentos en los que pase muy mal incluso pensé seriamente en dejar la bici. La rotura de fémur fue muy dura y me costó mucho recuperarme, estuve sin tocar la bici mucho tiempo y al año siguiente pensé en dejarlo. En cambio el primer año y el último de aficionados disfruté muchísimo del ciclismo.
Todos esos esfuerzos, y esas ganas por seguir adelante obtienen sus frutos cuando el equipo Barloworld te ofrece tu primera oportunidad (2006). ¿Dudaste en algún momento en decir que sí?
No. Además estaban allí Igor Astarloa y Peio Arreitunandia, con ellos aprendí muchísimo y les debo todo. ¡No cambiaria aquel año por nada!
Visto con perspectiva, Igor y Peio ¿pueden haber sido de las personas más importantes en tu carrera?
Sin lugar a dudas. Ellos me enseñaron cómo entrenar, cómo cuidarme… Me transmitieron tranquilidad las primeras carreras, el ritmo del pelotón profesional me impresionó pero gracias a ellos me adapté rápido a la categoría.
Y de aquel año que no cambiarías por nada, ¿nos puedes decir lo mejor?
La relación con todos los compañeros del equipo fue tremenda. Fue un año muy bonito.
¿Y lo peor?
Hubo algún día malo pero no tengo recuerdos muy malos.
Euskaltel-Euskadi:
Tras un año en el extranjero. Se fija en ti el equipo de tu tierra. ¿Te acuerdas del día en que te lo comunicaron?
Sí que me acuerdo. En Alcobendas me pidió Álvaro (González de Galdeano) el número de teléfono y me dijo que Igor (González de Galdeano) me iba a llamar. Al de unos días me llamó y nos juntamos para hablar. Fue bonito poder venir al equipo de casa, aunque en Barloworld también estaba muy contento la verdad.
Y en ese primer año. Tour 2007. ¿Cómo lo afrontaste?
Fue una sorpresa para mí. Ya en la concentración de Noviembre me decía Jon Odriozola que el quería que fuera al Tour, y yo no me lo creía, me parecía excesivo. Cuando llegó la hora, y me vi en la salida fue increíble. Después el día a día fue un sueño cumplido. Disfrute mucho de ese Tour.
Y aquella gran actuación culminó con el premio de la combatividad, y en tu primera participación ya subías al podio de París. ¿Cómo valoras ese premio?
En el momento no pensaba en ello. Me centraba en hacer bien mi trabajo y día a día dar todo lo que podía. Al final fue un gran premio al que le doy más valor cada vez que pasa más tiempo.
Amets Txurruka recogiendo el premio de la combatividad en el Tour 2007
¿Notaste diferencia de trato dentro del pelotón tras tu brillante Tour?
Noté que me conocía más gente, pero el trato siempre ha sido bueno.
Para los aficionados aquel Tour fue tu salto a la fama y desde entonces eres uno de los corredores más queridos. ¿Cómo te hace sentir esto?
La verdad es que sí tengo la suerte de sentirme querido. Parece que a la afición le gusta mi forma de correr. A mi me sale instintivamente pero sentir que ellos me apoyan me anima a seguir así.
Como apuntas parte de esta conexión con el público viene de tu carácter combativo, tus ganas de atacar y de ser protagonista. ¿Crees que el ciclismo actual está derivando en cálculos y segundos?
Sí que es verdad que cada vez está todo más calculado e igualado. Es muy difícil romper esa igualdad, entonces mucha gente prefiere ir a lo seguro e intentar hacer el mejor puesto en meta. Yo soy de los que prefiere arriesgar desde lejos, no sé, es mi forma de ser. El sistema de puntos tampoco ayuda en esto…
Tras ese 2007 otra vez mala suerte con las caídas y las lesiones. ¿Cómo se mantiene esa sonrisa característica y esa fuerza para volver? ¿Un chico como tú, pensó en algún momento en la retirada?
Sí que son situaciones difíciles en las que se pasa mal, y la verdad es que cuando se me han encadenado una tras otra he tenido momentos críticos en los que me daban ganas de mandar todo al garete, pero como en la vida misma hay que afrontarlos y seguir para adelante, es lo que te hace más fuerte. Una vez de superar momentos malos se aprecian mucho más los pequeños detalles dulces.
Pero antes de ir a los momentos dulces, el destino te tenía preparada otra “broma macabra”. En el Tour 2009 volviste a brillar con luz propia, pero una caída en la última semana te lastró. Aún así llegaste a la cima del Ventoux, Fuera de Control junto con tu compañero Alan Pérez. ¿Cómo viviste ese momento? ¿Pensaste en que te podían repescar?
Fue un día muy duro para nosotros. Recuerdo que nos descolgamos los primeros kilómetros, Alan con una tendinitis y yo con lesiones fuertes de la caída, hicimos toda la etapa solos y llegamos muy cerca del cierre del control, si que pensamos que nos repescarían pero… Fue un golpe duro sobre todo por estar tan cerca de llegar a los Campos Elíseos.
Las caídas lastraron a Amets, que se llegó a romper cuatro veces la clavícula.
Ahora sí, pasamos a momentos más felices. Para nosotros, la gran gesta del Euskaltel. Mikel Nieve ganando en Cotobello. Cuéntanos un poco qué sentiste tú en esa etapa y en general como la vivió el equipo. ¿Estás de acuerdo con nosotros que es la gran gesta del Euskaltel como equipo?
Es uno de los mejores días que he vivido encima de una bici, disfruté exageradamente ese día. El día anterior, en Los Lagos nos encontramos bastante bien y tras la etapa bajando al hotel Mikel (Nieve) y yo hablábamos de teníamos que liarla alguna… ¡Vaya la que liamos! Siento como si hubiese ganado yo mismo esa etapa. Sí que fue una gran gesta del equipo, con Juanjo (Oroz) adelante, luego nosotros…salió todo perfecto.
FIN con Euskaltel:
Lamentablemente las cosas no han acabado bien con el equipo. ¿Qué sentiste tras esa llamada de Igor González?
Me extrañó. No me lo esperaba. Sentí que me lo tenía que comunicar antes, en ningún momento me dio ninguna señal de que podía pasar lo que pasó y en una llamada telefónica corta, se acabo todo. Fue bastante frío y extraño.
Además de las formas, las razones de tu despido no convencen a nadie. Está claro que los intereses económicos han sido más importantes que lo que significa este equipo. ¿Romperá su carnet de socio de la Fundación Euskadi?
Soy socio de la fundación desde el año 94 y creo que han hecho una gran labor. Parece que la fundación seguirá por el mismo camino aunque el Euskaltel tome el suyo. No creo que lo rompa.
El equipo era una pequeña gran familia ¿Ha habido fricciones internas?
No, ya te digo que nunca he tenido problemas con nadie, pero de un día para otro se acabo y listo.
Lo que parece es que ahora el equipo es uno más, ya no es especial. Suponemos que esto le romperá un poco el corazón.
Como dices tú pasa a ser uno más, no es como antes algo que llegaba al corazón de muchísimos aficionados.
¿Crees que esos aficionados preferirían perder la categoría pero seguir con la filosofía?
Hay de todo, pero la mayoría yo creo que sí. Además, siendo el equipo que es creo que tendría aseguradas las citas más importantes.
Antes decías que el sistema de puntos no ayuda a los corredores combativos. ¿Crees que ese sistema también ha provocado esta situación? ¿O ha sido culpa del equipo?
No sé qué decirte. Me parece que cada día entiendo menos de esto.
Siempre has corrido dejándote la piel por el equipo y con el actual sistema eso es lo que te ha enterrado. Algo falla en el ciclismo actual…
Muchas cosas son las que fallan.
Sin embargo, en una entrevista que hicimos a Koldo Fernández de Larrea, nos explicó algunas alternativas para los gregarios. En una de ellas nos decía que los gregarios tuvieran pruebas en las que pudieran ir por libre ¿Tuviste oportunidad de conseguir puntos?
Oportunidades siempre las hay, pero es difícil sacar el córner y rematar.
Las ganas y el protagonismo que siempre ofrece en carrera no han bastado para renovar con Euskaltel
Si se puede sacar algo positivo de esta situación, es ver cómo el mundo del ciclismo se rebeló contra esta situación del Euskaltel. ¿Qué sentiste cuando 7 compañeros firmaron esa carta? ¿Eso va más allá de lo que es el ciclismo?
Esto es una demostración de los valores como personas y un gran apoyo.
Apoyo que también le llegó de la afición…
Sí, mucho.
Actualidad:
Pero bueno, como siempre te recuperaste. Hablemos del futuro. Caja Rural. ¿Cómo ves esta nueva aventura dentro de tu carrera?
Con ilusión. Estamos ilusionados en hacer una buena campaña. Tenemos buen equipo y muchas ganas.
El equipo es fuerte y espera brillar en la Vuelta. ¿Cuáles son tus expectativas para este año?
Poder dar el nivel mío, y demostrar hasta dónde puedo llegar sin lesiones ni nada que me impida.
Nosotros estamos convencidos de que así será. ¿Qué te falta en tu carrera? ¿Dónde te haría más ilusión conseguir una victoria?
Está claro que en casa haría mucha ilusión, pero cualquiera sería buena. El Tour sería algo exagerado, pero el Giro este año me ha impresionado….
Has demostrado ser un luchador y una persona que no se rinde. Para acabar, ¿qué les dirías a los jóvenes ciclistas que están empezando ahora?
Txurruka empieza una nueva etapa deportiva en el Caja Rural
Que nunca arrojen la toalla, hay que luchar día tras día, ¡que con la constancia se pueden conseguir muchas cosas!
Y con este mensaje, que va mucho más allá del ciclismo, dejamos este pequeño gran ciclista. Corredor de los de antes, espíritu luchador y combativo, le deseamos toda la suerte del mundo. Además creemos que realmente se la merece. Desde Dorsal51 le agradecemos el tiempo con nosotros, pero sobre todo le volvemos a dar las gracias por hacernos disfrutar con el ciclismo.